Familia entera de dos médicos y sus hijos se mataron en trágico accidente; estaban de aniversario de casados


Una familia completa perdió la vida el mismo día en que los padres cumplían tres años de casados. Sus amistades y colegas los recuerdan y lloran, y las redes sociales se han convertido en altar de su memoria.

El 24 de septiembre de 2025 debía ser un día de celebración para Érika Lizeth González Garza y Francisco Gabriel Simental Ochoa. Tres años atrás, entre abrazos, brindis y promesas de futuro, habían unido sus vidas en matrimonio. Ese mismo día, pero tres años después, la fecha quedó tatuada con el dolor más grande: un accidente de tránsito en Monterrey les arrebató la vida a ellos y a sus dos pequeños hijos, de dos años y apenas dos meses de edad.

El golpe del destino fue brutal. La familia viajaba rumbo al aeropuerto, después de compartir una reunión familiar. Nadie imaginó que ese trayecto se convertiría en el último. Una camioneta que perdió el control e invadió el carril contrario impactó de frente su vehículo. En cuestión de segundos, la vida de cuatro personas llenas de futuro quedó reducida a la memoria de quienes los amaron.

Dos médicos que salvaron vidas

Érika Lizeth, médico cirujano egresada en 2019 y especializada en Ginecología y Obstetricia, era reconocida entre colegas y pacientes por su entrega absoluta. Su sonrisa, decían, parecía hecha para inspirar confianza en las salas de hospital. Aún resuenan las palabras que escribió el día de su graduación: “Esto es para mis padres y abuelos… gracias a mis hermanos, tíos, primos y amigos por apoyarme tanto para hoy no poder borrarme la sonrisa”. Hoy, esa frase se recuerda con una mezcla de orgullo y desgarro.

Francisco Gabriel, también médico, había encontrado su lugar en el área quirúrgica. En 2023 compartió con emoción la obtención de un nuevo título, dedicándoselo a su esposa e hijos: “Ustedes son mi éxito más grande en la vida”. Era un hombre que vivía para ellos, y esa familia que tanto amó lo acompañó hasta el final.

Dos pequeños ángeles

El destino fue despiadado con los más frágiles. El pequeño Francisco Gabriel, de dos años, apenas empezaba a balbucear frases y a descubrir el mundo. Su hermanito, de solo dos meses, conocía la vida desde el calor del pecho de su madre. Ellos también partieron en el mismo instante, dejando un vacío imposible de llenar.

Las redes sociales, que antes mostraban fotos de paseos, cumpleaños y risas compartidas, hoy se convirtieron en altar digital. Allí los amigos escriben mensajes que se mezclan entre lágrimas y recuerdos, como si la memoria virtual pudiera dar un poco de alivio ante la tragedia real.

El accidente cobró siete vidas en total. Pero fueron las cuatro de esta familia las que rompieron en dos el corazón de Monterrey. “Dos médicos que dieron su vida por la salud de otros… y hoy mueren en un momento que parecía de celebración. La vida es cruel, pero también nos recuerda cuán valioso es cada instante”, escribió un colega.

El 24 de septiembre ya no será solo su aniversario de bodas. Será, para siempre, la fecha en que la vida les fue arrebatada y en que todos los que los conocieron aprendieron la lección más dura: nunca sabemos cuándo será el último abrazo.


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