La fuerte brisa acompañada de intensas lluvias transformó en minutos la tranquilidad del municipio de Algarrobo, Magdalena, en caos y destrucción. La cancha municipal colapsó y decenas de viviendas quedaron destechadas, dejando a varias familias sin hogar y sumidas en la incertidumbre.

La tarde del miércoles se tornó en desastre en cuestión de minutos en el municipio de Algarrobo. Según los habitantes, un vendaval acompañado de lluvias torrenciales azotó el pueblo, arrancando techos, tumbando árboles y dejando a su paso un paisaje de devastación.

La cancha municipal, centro de recreación y deporte para la comunidad, colapsó por completo. Esto se suma a la lista de pérdidas que hoy tienen a decenas de familias en situación crítica.

“Fue como si un huracán nos hubiera caído encima. Todo pasó muy rápido, y no tuvimos tiempo de salvar nada”, relató uno de los afectados mientras intentaba recoger lo poco que quedó de su vivienda.

Viviendas y pertenencias destrozadas

Los vientos arrancaron los techos de zinc de una buena cantidad de las casas del pueblo. Electrodomésticos, muebles y enseres quedaron inservibles tras quedar empapados por la lluvia. Para muchas familias, la tarde se convirtió en un momento de desesperanza, sin saber dónde pasarla ni cómo protegerse de un nuevo aguacero.

“Lo perdimos todo y no sabemos cómo levantarnos de esto”, expresó otro habitante.

Escenas de caos y desesperación

Videos compartidos en redes sociales muestran calles inundadas, techos volando y vecinos tratando de rescatar lo poco que quedó. Las imágenes reflejan la magnitud de la tragedia y la angustia de quienes vieron cómo sus hogares quedaban destruidos en minutos.

La comunidad ahora enfrenta un doble desafío: sobrellevar la pérdida de sus viviendas y pertenencias, mientras se protegen de las lluvias que, según el Ideam, continuarán en los próximos días.

Autoridades y pobladores en espera de ayuda

Hasta el momento, las autoridades municipales no han anunciado medidas de atención inmediata, lo que mantiene a los pobladores en vilo.

La petición generalizada es clara: ayuda urgente para reconstruir lo perdido y apoyo para quienes quedaron sin un techo.

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La magnitud del desastre aún se evalúa, pero los testimonios coinciden: la tormenta no solo derribó estructuras, sino que dejó a Algarrobo con un sentimiento de vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales.