El crimen que rompió a una familia: padre de tres hijos, asesinado por no pagar extorsión en Barranquilla


Un conductor de camiones, devoto cristiano y padre de familia, fue asesinado a tiros en su taller del barrio La Sierrita. La negativa a pagar extorsión le costó la vida, dejando en la orfandad a tres niños y un hogar sumido en el dolor.

El barrio La Sierrita de Barranquilla todavía lamenta y rechaza el asesinato de Maicol Castellanos, un hombre de 38 años que dedicaba sus días al trabajo, a la fe y a su familia. La tarde en que dos sicarios llegaron hasta su taller para acabar con su vida, no solo se truncó el futuro de un padre de tres hijos, también se encendió el clamor de una comunidad harta de vivir bajo la sombra de la extorsión.

Maicol, quien se ganaba la vida como conductor de camiones, había decidido no doblegarse ante las exigencias de un cobro ilegal. Su negativa lo convirtió en blanco de los violentos. Testigos cuentan que dos hombres en una motocicleta AX blanca llegaron hasta la calle 73 con carrera 3G, donde él se encontraba, y uno de ellos le disparó tres veces a quemarropa.

Los vecinos corrieron a auxiliarlo, lo subieron en brazos y lo trasladaron a la Clínica San Ignacio. Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano: Maicol llegó sin signos vitales. La noticia golpeó con crudeza a su familia, que todavía no logra comprender la magnitud de la pérdida.

En medio de lágrimas, su esposa ha tenido que abrazar a sus tres hijos pequeños y explicarles que su padre no volverá a casa.

“Era un hombre bueno, trabajador, entregado a Dios y a sus hijos”, repiten vecinos y allegados, recordando a Maicol como alguien que nunca dudaba en tender la mano a quien lo necesitara.

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La muerte de este hombre sencillo, que escogió el camino del esfuerzo en lugar de ceder ante la violencia, refleja una realidad dolorosa que atraviesan muchos barranquilleros: la presión de la extorsión y las consecuencias mortales de resistirse.


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