En el barrio El Boliche, un desconocido repartió una bebida tóxica entre habitantes de la calle. Siete murieron y tres permanecen hospitalizados en estado crítico. Autoridades confirmaron que el licor se vendía a $2.000 y contenía metanol.

Barranquilla quedó estremecida tras conocerse que siete habitantes de calle murieron en menos de 24 horas luego de ingerir un licor adulterado que les fue entregado en botellas plásticas en pleno centro de la ciudad.

La tragedia tuvo su epicentro en el barrio El Boliche, donde testigos señalaron que un hombre ofrecía la bebida en envases reciclados, lo que facilitó que fuera consumida sin sospechas.

La situación derivó en una intoxicación masiva que desbordó al Hospital General, adonde empezaron a llegar uno tras otro los afectados con síntomas de intoxicación aguda.

En cuestión de horas, la emergencia se cobró la vida de Nicolás Manuel Medrano, Helmot Enrique Escolar, José Felipe Crespo Ortiz y Emiro Alberto Miranda, además de dos personas —un hombre y una mujer— que aún no han sido identificadas. Otro de los fallecidos murió camino al hospital.

En la Unidad de Cuidados Intensivos luchan por sobrevivir Pedro Pablo Capachero Caraballo y otros dos pacientes que permanecen bajo estricta vigilancia médica.

De acuerdo con las primeras indagaciones, la bebida distribuida era conocida en las calles como “cococho” y se comercializaba por apenas $2.000 la botella.

Cuando la Policía llegó al punto de venta, halló un lugar en deplorables condiciones de salubridad, con envases plásticos reutilizados para envasar el líquido que después circulaba entre los más vulnerables.

Los análisis preliminares arrojaron que el supuesto licor contenía metanol, un químico altamente tóxico usado en anticongelantes, plaguicidas y combustibles. Según los especialistas, esta sustancia puede ocasionar ceguera, paro respiratorio y la muerte en cuestión de horas.

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La Alcaldía y la Policía Metropolitana hicieron un llamado urgente a la ciudadanía para evitar el consumo de bebidas de dudosa procedencia y denunciar cualquier punto de venta sospechoso. Además, se desplegaron patrullajes en la zona para impedir que más personas tengan acceso a la bebida mortal.