Cuatro años después del accidente de Gaira, Enrique Vives sale de casa y reactiva su vida empresarial


El empresario samario, condenado por el accidente que costó la vida a seis jóvenes en 2021, cumple prisión domiciliaria con permisos legales para salir. Mientras sus negocios vuelven a crecer, la fecha sigue siendo un recuerdo de dolor en Gaira.

Han pasado cuatro años desde aquella madrugada del 13 de septiembre de 2021 en la que seis jóvenes perdieron la vida al ser arrollados en Gaira por una camioneta conducida por Enrique Vives Caballero. El hecho estremeció a Santa Marta y al país entero: un empresario conocido en el sector gastronómico y agroindustrial quedaba señalado como responsable de una tragedia marcada por la imprudencia al volante.

Los nombres de las víctimas, que aún duelen en cada conmemoración, son: Laura Valentina Hernández, José Luis Sierra, Camila Martínez, Sofía Salcedo, Sebastián Martínez y Daniel Ariza. Un séptimo joven resultó gravemente herido pero logró sobrevivir tras varias intervenciones médicas.. El único sobreviviente fue Jesús Alberto Pacheco, quien resultó gravemente herido y quedó a cargo de procesos de recuperación.

Hoy, a pesar de una condena de siete años y medio que cumple en prisión domiciliaria, Vives ha vuelto a ser visto en las calles. Con autorización legal, puede salir de su residencia en horarios establecidos y ha retomado el manejo de sus negocios, entre ellos el restaurante de cocina italiana ubicado en el centro comercial Prado Plaza, que ahora luce más grande y fortalecido tras una remodelación.

El crecimiento de este negocio refleja cómo poco a poco intenta levantar cabeza después del golpe personal y familiar que le significó el accidente.

El nombre de Vives sigue dividiendo opiniones. Nunca ha dado entrevistas ni se ha referido públicamente al hecho, pese a la insistencia de medios y la presión social que generó el caso. Prefirió el silencio, mientras sus abogados sellaban un preacuerdo con la Fiscalía que le permitió acceder a beneficios judiciales a cambio de aceptar su responsabilidad y cubrir una indemnización millonaria.

Familias recuerdan con dolor a sus víctimas

Los familiares de las víctimas, aunque inconformes con los beneficios otorgados, terminaron aceptando la reparación económica. En total recibieron más de 1.700 millones de pesos, distribuidos entre los deudos y el único sobreviviente. “Eso no devuelve a nadie, pero nos tocó aceptar”, dijeron en su momento allegados de las víctimas. Hoy, en Gaira, esa fecha sigue siendo recordada con tristeza. Cada aniversario reabre la herida de un episodio que fracturó familias y dejó marcada a toda una comunidad.

Mientras tanto, la vida de Vives transcurre bajo un discreto esquema: restricciones judiciales, presencia ocasional en sus negocios y un bajo perfil mediático. Para unos, un empresario que busca rehacer su vida; para otros, un caso emblemático de cómo la justicia colombiana suele ser benigna con quienes tienen poder económico.

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Cuatro años después, la tragedia de Gaira sigue teniendo dos caras: la del dolor de quienes perdieron a sus seres queridos y la del silencio de un empresario que, aunque condenado, intenta volver a la normalidad.


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