Una joven en Barranquilla terminó humillada y agredida luego de quedarse con un celular que encontró en un baño de centro comercial. La dueña le tendió una trampa para recuperarlo y la enfrentó con la Policía, en un hecho que desató un debate por redes sociales.

Lo que parecía un simple hallazgo en un baño público terminó convertido en una tormenta mediática. Sharon Karin, una joven barranquillera, se quedó con un celular que no le pertenecía y lo puso en venta. La propietaria del aparato, en lugar de acudir directamente a la justicia, le tendió una trampa: la citó por redes sociales con la excusa de comprarle el dispositivo y al encuentro llegó con la Policía.

El momento quedó registrado en video. En las imágenes se observa a la señalada siendo acorralada, mientras la acusan de ladrona, la exponen públicamente y hasta la agreden jalándole el cabello, pese a la presencia de uniformados. El material circuló rápidamente en redes sociales, desatando burlas, insultos y amenazas contra ella.

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Tras la viralización, Sharon decidió hablar. Reconoció que había tomado el celular con la intención de venderlo para reparar el suyo, que estaba dañado. “Sé que hice mal, lo reconozco, y entiendo que toda acción trae consecuencias”, admitió. Sin embargo, rechazó el trato que recibió en público: “Me humillaron, me grabaron, me dijeron que cuando me vieran en la calle me iba a pasar algo”.

Incluso aseguró que las personas que la acompañaban ese día también fueron señaladas sin tener nada que ver en el caso. “No soy ladrona, encontré ese celular y acepto mi error al no devolverlo, pero lo que hicieron conmigo fue violencia”, manifestó en su defensa.

El episodio ha abierto un debate en Barranquilla: ¿hasta dónde llega el derecho de una víctima a recuperar lo suyo y cuándo se convierte la justicia por mano propia en un acto de humillación y violencia?