La víctima, residente en el barrio Los Fundadores, apareció muerta en la trocha. Este hecho es investigado bajo la hipótesis de ajuste de cuentas.

La trocha que conduce al paradisíaco sector de Neguanje, en el Parque Nacional Tayrona, volvió a ser escenario de un crimen que desnuda la crudeza de la violencia en Santa Marta. Allí, entre el silencio del monte y la ruta que habitualmente recorren turistas en busca de playas, apareció el cuerpo de un joven de apenas 21 años.

Estaba tirado a un costado de la carretera, con las manos amarradas y varias heridas de bala que apagaron de golpe su vida. La escena, según confirmaron las autoridades, deja en evidencia un homicidio ejecutado con sevicia y bajo la modalidad de ajuste de cuentas.

Silva, residente en el barrio Los Fundadores, salió de su casa sin imaginar que horas después su nombre estaría en la lista de víctimas de la ola violenta que azota a la capital del Magdalena. El hallazgo fue reportado por habitantes de la zona en la tarde de este sábado, y de inmediato se encendieron las alarmas en un territorio donde el turismo convive con el miedo.

La Policía Metropolitana, junto a unidades de criminalística, adelantó la inspección técnica y el levantamiento del cuerpo, mientras se inician las pesquisas para esclarecer quiénes lo llevaron hasta esa trocha y por qué. De momento, la principal hipótesis apunta a un ajuste de cuentas, aunque no se descarta ninguna línea investigativa.

Este crimen se suma a la serie de homicidios que han golpeado tanto las áreas rurales como los sectores urbanos de la ciudad en las últimas semanas. Una situación que no solo mantiene en alerta a las autoridades, sino que también genera incertidumbre entre residentes y visitantes que, en vez de encontrar tranquilidad en el Tayrona, se topan con el eco de la violencia.

Santa Marta, entre sus playas y montañas, carga hoy con otra historia de sangre: la de un muchacho de 21 años cuyo destino se truncó brutalmente en una vía donde debería respirarse turismo, y no miedo.