La violencia sicarial volvió a sacudir a Santa Marta este sábado, dejando un saldo de un hombre asesinado en el barrio El Pando y un adulto mayor gravemente herido en el 20 de Julio. Las autoridades atribuyen los hechos a retaliaciones entre bandas criminales.

El reloj marcaba el mediodía cuando la tranquilidad del barrio El Pando fue interrumpida por el sonido de varios disparos. En la entrada principal del sector, Eliécer Manuel Alvarado Talero, conocido como El Puma, conversaba con amigos cuando fue sorprendido por sicarios en motocicleta.

Testigos aseguran que los pistoleros accionaron sus armas al menos seis veces. Tres proyectiles impactaron de lleno en el rostro de la víctima, quien cayó malherido en el sitio.

Desesperados, familiares y vecinos lo subieron a una motocicleta y lo trasladaron de urgencia al centro de salud IPC La Candelaria, en María Eugenia. Pese al esfuerzo médico, El Puma falleció minutos después.

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Las autoridades confirmaron que se trataba de un conocido del sector, y aunque la comunidad lamentó su muerte, la primera hipótesis apunta a un ajuste de cuentas relacionado con la confrontación entre grupos delincuenciales que operan en la ciudad.

Otro ataque criminal

Horas antes, la violencia también había golpeado al barrio 20 de Julio. Allí, Rafael Antonio Buelvas Henríquez, un agricultor de 68 años, salió en motocarro desde su residencia junto con un conductor. En la carrera 16 con calle 5 fueron interceptados por dos hombres armados en motocicleta que abrieron fuego sin mediar palabra.

El adulto mayor recibió varios impactos y cayó tendido en el suelo mientras los sicarios escapaban. De inmediato fue auxiliado por residentes y llevado a la clínica La Castellana, desde donde lo remitieron al hospital Julio Méndez Barreneche. Su estado de salud es crítico y permanece bajo pronóstico reservado.

Ambos hechos encendieron las alarmas en Santa Marta. La ciudadanía cuestiona la creciente ola de atentados a plena luz del día y la facilidad con la que los sicarios se mueven por la ciudad.

Por ahora, la Policía avanza en las investigaciones para identificar a los responsables, mientras la capital del Magdalena suma otra jornada marcada por el miedo y la sangre.