El muchacho, querido en su barrio y reconocido por su talento en el baloncesto, murió la noche del miércoles tras un enfrentamiento con uniformados. Las autoridades lo señalan de participar en un robo, pero familiares y amigos piden que se investigue lo ocurrido.

Sabanalarga, Atlántico, amaneció conmocionado este jueves con la noticia de que el joven muerto en un intercambio de disparos con la Policía no era un desconocido para la comunidad, sino Sebastián Andrés Coronado, “Sebas”, como lo llamaban de cariño sus familiares y amigos.

Tenía 20 años, estudiaba en la universidad, se destacaba en el baloncesto y siempre llamaba la atención por su físico y carisma. Sus redes sociales mostraban a un joven alegre, activo, rodeado de amigos y con un futuro que parecía prometedor. Por eso, nadie puede entender cómo terminó vinculado a un atraco que acabó en tragedia.

El hecho ocurrió la noche del miércoles, luego de que se denunciara el hurto de una motocicleta en el municipio de Baranoa. De acuerdo con la versión oficial, dos hombres —uno de ellos menor de edad— fueron perseguidos por la Policía. En medio de la persecución, se habría dado un intercambio de disparos que terminó con la muerte de “Sebas” y con el otro joven herido.

La noticia cayó como un balde de agua fría entre familiares, amigos y conocidos. “Sebas era un bacán, todo el mundo lo quería, nadie se esperaba esto”, dicen en su barrio. En redes sociales, decenas de mensajes rechazan la versión de las autoridades y exigen una investigación seria para esclarecer lo que realmente pasó esa noche.

Su madre, devastada, no deja de culparse. Dice que siempre le dio amor, confianza y apoyo, pero que jamás imaginó que su hijo pudiera estar en malos pasos. Para ella sigue siendo su niño inocente, el que soñaba con darle una vida mejor y que había prometido cumplir sus metas.

La Policía insiste en que se trató de un atracador que eligió enfrentarse a la autoridad “con la decisión de matar o morir”. Sin embargo, para muchos en Sabanalarga la historia de Sebastián refleja una tragedia mayor: la de un joven que parecía tenerlo todo para triunfar, pero que terminó atrapado —por rebeldía o malas compañías— en el camino que lo condujo a la muerte.