La recién nacida fue hallada dentro de una bolsa de basura en plena calle. El joven la rescató y, con ayuda de su hermana que acababa de dar a luz, le dio los primeros cuidados antes de entregarla a las autoridades.

Elmer Benites no olvidará la tarde en la que un llanto de un bebé lo sacó de la rutina y lo convirtió en héroe. Caminaba por una calle del barrio cuando escuchó un sonido persistente que parecía salir de la basura. Se acercó al contenedor y vio que una de las bolsas se movía. Al abrirla, la imagen fue desconcertante: una recién nacida, envuelta apenas en unas telas, luchaba por respirar.

Sin pensarlo dos veces, la tomó en sus brazos y corrió hacia su casa. Allí, su hermana, que había dado a luz pocos días antes, la recibió y, sin dudar, la amamantó.

“Lo único que queríamos era que viviera”, dijo después Elmer, todavía impactado por la escena.

Pocas horas después, la familia contactó a las autoridades, explicando que su intervención no tuvo otro fin que salvar la vida de la niña. La menor fue trasladada a un centro médico, donde permanece bajo observación.

El acto de Elmer no pasó desapercibido. Vecinos y usuarios de redes sociales lo han llamado “héroe improvisado” y “ángel de la guarda”, mientras las autoridades adelantan una investigación para identificar a los responsables del abandono.

Para Elmer, el vínculo con la bebé ya está marcado. “Si pudiera, la criaría como mía”, asegura.