
«No mató un perro, mató un ser humano»: familia de Yerson exige que conductor que le quitó la vida responda
El joven de 22 años fue atropellado cuando ayudaba a despejar la vía. La familia acusa al conductor, que habría estado borracho, de homicidio por imprudencia y clama justicia tras su rápida liberación.
Yerson Blanco salió de su casa a las siete de la noche con la mejor intención: ayudar. Había recibido una llamada de un amigo que le pidió un favor, uno sencillo pero urgente: retirar unas ramas caídas que bloqueaban parte de la Avenida del Ferrocarril. Lo harían entre los dos, y por el trabajo le ofrecieron cincuenta mil pesos. Para Yerson, padre de dos niños pequeños de uno y tres años, todo ingreso contaba. No lo pensó dos veces.
Minutos después, en esa misma vía, su vida terminó de forma abrupta y violenta. Un vehículo que, según testigos, se movilizaba a alta velocidad, lo arrolló sin darle oportunidad de reaccionar. El golpe fue brutal. Yerson murió en el lugar.
Un trabajador que vivía para sus hijos
Su madre, aún con la voz quebrada por el dolor, no encuentra consuelo. “Mi hijo era buen padre, buen hermano, buen hijo. No tenía vicios, trabajaba todos los días en su motocarro para llevar el sustento a sus niños. No merecía morir así. Él no estaba haciendo nada malo, estaba ayudando”, lamentó.
La familia asegura que el conductor del carro, a quien identificaron con el nombre de Juan Hurtado Martínez, estaba en estado de embriaguez. A pesar de ello, y de las circunstancias en las que ocurrió el hecho, fue dejado en libertad apenas horas después del accidente.
“El dolor más grande no es solo perder a mi hijo, sino ver cómo el que lo mató sigue libre como si nada. ¿Eso es justo? ¿Así se valora una vida humana en este país? No mató un perro, mató a un ser humano”, denunció la madre.
Silencio del responsable, rabia de los dolientes
Hasta ahora, el responsable no ha dado la cara. No ha contactado a la familia, ni ha mostrado señales de arrepentimiento. Ese silencio ha aumentado la indignación entre los seres queridos de Yerson.
“Que por lo menos aparezca, que diga algo. Ni una palabra, ni una llamada, ni siquiera un ‘lo siento’. Eso duele más”, expresó una de sus hermanas.
Exigen justicia
La familia Blanco pide a las autoridades que el caso no quede impune. Que se investigue si efectivamente el conductor estaba ebrio y que se revise el proceso judicial que permitió su liberación tan rápidamente.
“No es justo que un hombre trabajador, que solo salió a buscar el pan de sus hijos, termine muerto, y que el culpable de su muerte siga su vida como si nada”, dijo un primo que acompañaba a la madre en su denuncia pública.
Por ahora, Yerson deja un vacío irreparable en su hogar. Dos niños crecerán sin su padre. Una madre llora sin consuelo. Y una familia entera clama que la muerte de este joven trabajador no se archive como un número más en las estadísticas de accidentes viales en Santa Marta.
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