Los atacantes llegaron en motos y dispararon sin piedad contra los presentes.

En la parroquia Buenavista, en el cantón Pasaje, Ecuador, sicarios a bordo de dos motocicletas irrumpieron en un partido de fútbol aficionado y abrieron fuego contra los asistentes. Tres personas murieron en el lugar y al menos tres más resultaron heridas, entre ellas una niña de 12 años que fue alcanzada por una bala.

El coronel Pablo Fajardo confirmó que los atacantes iban armados con revólveres y no dudaron en disparar directamente contra un grupo de personas junto al campo. Una de las víctimas mortales ya había sido blanco de un atentado en 2024 y, aunque logró sobrevivir aquella vez, esta vez no corrió con la misma suerte.

Los asistentes al partido vivieron momentos de terror. Algunos jugadores y espectadores corrieron a refugiarse detrás de muros o salieron huyendo entre los gritos de auxilio. La menor herida fue trasladada a un hospital cercano, donde permanece bajo observación médica.

Este hecho violento se suma a otros recientes ataques en el país. En la última semana, cinco personas fueron asesinadas en Manabí en un ataque armado dentro de una vivienda donde un hombre cumplía arresto domiciliario. Hace apenas un mes, otras tres personas fueron ejecutadas en un billar del mismo municipio, y 17 más en un bar del cantón El Empalme, en Guayas.

Manabí, Guayas y otras zonas del país atraviesan una escalada de violencia sin precedentes, alimentada por el avance de grupos criminales que ahora actúan en espacios públicos a plena luz del día. Estos hechos refuerzan la preocupación ciudadana sobre la falta de control y seguridad.

Desde 2024, Ecuador vive bajo un estado de “conflicto armado interno” declarado por el presidente Daniel Noboa, que permite la intervención militar para combatir a las bandas, ahora catalogadas como terroristas. Según cifras oficiales, solo en el primer semestre de 2025 se han registrado más de 4.600 homicidios, el número más alto desde que se tienen registros en el país.