La ciudad amaneció este lunes en alerta naranja tras el aguacero más fuerte del año. La emergencia aún no termina: más lluvias podrían llegar y las autoridades se preparan para lo peor.

Durante cuatro horas llovió como no lo había hecho en todo el año. Barrios enteros se inundaron, los ríos bajaron turbios y crecidos, y la ciudad volvió a quedar en evidencia: no está lista para enfrentar eventos climáticos extremos. Al cierre del domingo, la alcaldía de Santa Marta declaró alerta naranja, una advertencia técnica que significa algo claro y contundente: las lluvias seguirán y los riesgos se multiplican.

La preocupación no es solo por lo que ya pasó, sino por lo que podría pasar. Según los pronósticos, esta semana seguirán las precipitaciones, y con el suelo ya saturado, bastará un nuevo aguacero para que ríos y quebradas se desborden.

Vivir cerca del río es vivir con miedo

Las autoridades han sido claras: las familias que viven en cercanías de los afluentes deben estar atentas y actuar al primer cambio del caudal. El llamado es a evacuar con tiempo, no esperar a que el agua toque la puerta.

“La quebrada ya se metió una vez, yo no quiero que lo vuelva a hacer con mis hijos adentro”, dijo Angélica Rodríguez, habitante del barrio La Malvinas.

Las casas ubicadas en cerros también están en alto riesgo, así que para esta población también va dirigida la alerta porque la amenaza está latente.

Emergencia sanitaria en espera

La red hospitalaria también entra en estado de alerta. No solo por posibles lesiones o accidentes relacionados con nuevas lluvias, sino por enfermedades respiratorias y gastrointestinales que suelen aparecer tras inundaciones.

La alcaldía en la calle

Desde la madrugada del lunes, nueve frentes de trabajo recorren los barrios afectados. La alcaldía está haciendo un censo para conocer el número exacto de damnificados y gestionar ayudas.

“Estamos en terreno. Sabemos que esta emergencia no ha terminado y por eso no vamos a esperar sentados a que vuelva a llover”, dijo el secretario de Gobierno, Camilo George. Las líneas para reportar emergencias están habilitadas y la prioridad es identificar familias en zonas de alto riesgo.

La ciudad, en vilo

La alerta naranja es, en esencia, una advertencia para no bajar la guardia. Santa Marta ha vivido tragedias cuando no se ha actuado a tiempo. Hoy, después del aguacero más fuerte del año, la ciudad sabe que el cielo puede volver a romperse en cualquier momento.

La pregunta es si ahora sí estamos preparados para enfrentarlo.