Petro, con el corazón en Santa Marta tras el aguacero que la dejó bajo el agua


El presidente rompió el silencio con un mensaje cargado de simbolismo, historia y crítica ambiental: llamó “pueblo de la resistencia” a los samarios y pidió presencia estatal inmediata.

Santa Marta quedó al borde del colapso tras el aguacero más fuerte del año. Cayeron 155 milímetros de agua en cuatro horas. Las calles se volvieron ríos, los barrios se inundaron, el transporte colapsó, hubo caos y miedo. Pero también había silencio desde el alto gobierno… hasta que el presidente Gustavo Petro habló.

Lo hizo desde su cuenta de X, sin rodeos y con una carga histórica que no pasó desapercibida: vinculó la tragedia a la crisis climática, habló de resistencia indígena, criticó el extractivismo y recordó su reciente visita a los 500 años de Santa Marta, una ciudad que —dijo— le duele.

“Santa Marta vive hoy las consecuencias de la crisis climática”

El mensaje, largo y simbólico, mezcla pasado, presente y futuro. Petro recordó su presencia en la capital del Magdalena la semana anterior, durante la conmemoración de los 500 años de su fundación. Pero lo que debió ser un acto público con la ciudadanía terminó —según él— en un encierro.

“Me llevaban solo a una misa donde me entregarían la cruz de Bastidas. Y yo no reconozco más cruz que la de Jesús, que nunca sería un conquistador”, escribió Petro en su red social, rechazando el símbolo de la conquista española y exaltando la resistencia de los pueblos indígenas.

Hizo mención al hecho histórico de los 72 caciques indígenas que fueron ejecutados por desmembramiento, como una forma de ilustrar la violencia fundacional de la ciudad y su carga simbólica de resistencia.
El aguacero y la deuda del Estado
Pero el foco de su mensaje no fue solo el pasado. El presidente vinculó el desastre natural del domingo a la crisis ambiental global, con una referencia directa a los recursos que salen del Caribe colombiano.

“Ante este castigo que produce el petróleo, el gas y el carbón, que desde la misma Santa Marta sale, y que envenena la atmósfera del mundo, salen también las consecuencias y se cuentan los muertos, porque es la muerte de la vida toda”, escribió.

Para Petro, no se trata solo de lluvias intensas o de fallas de alcantarillado. Es un efecto directo del cambio climático, amplificado por una ciudad con profundas carencias en infraestructura y presencia estatal.

El pueblo que le dio agua a Bolívar

En su mensaje, también hubo lugar para la poesía política. El mandatario pidió que el Gobierno se haga presente en la ciudad no con discursos, sino con acciones.

“El gobierno debe estar en Santa Marta y dar la mano al pueblo de la resistencia, que quiso darle un vaso de agua a Bolívar, que la necesitaba para vivir”.

Con esta metáfora, Petro cerró su mensaje apelando a la memoria histórica para pedir un nuevo trato con Santa Marta, esa ciudad que —según él— sigue esperando justicia desde hace cinco siglos.

Un mensaje con múltiples capas

El pronunciamiento del presidente generó múltiples interpretaciones. Algunos lo consideran un acto de solidaridad con una ciudad golpeada por el agua y la negligencia. Otros lo vieron como una nueva oportunidad perdida para hablar de soluciones concretas.

Mientras tanto, en los barrios más afectados como 20 de Julio, María Eugenia, Pastrana y Martinete, las familias siguen sacando lodo de sus casas, contando daños y esperando ayudas.

Y Santa Marta, la ciudad de los 500 años, sigue rezando para que no vuelva a llover así.


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