
El Pibe Valderrama, el gran ausente en los 500 años: ni un mensaje de felicitaciones dedicó a Santa Marta
Carlos Valderrama, el ídolo samario por excelencia, guardó silencio durante la celebración de los cinco siglos de su ciudad natal. Ni un mensaje, ni un video, ni una palabra. Su ausencia dejó un vacío que ni siquiera su estatua pudo llenar.
Durante la semana más simbólica de Santa Marta en los últimos siglos, hubo música, luces, actos solemnes, y hasta un presidente cantando. Pero faltó algo. O mejor, alguien. En medio de tanta conmemoración, uno de los hijos más ilustres de la ciudad no apareció por ningún lado.
Carlos «El Pibe» Valderrama, leyenda del fútbol colombiano, nacido en el popular barrio Pescaíto, fue el gran ausente de la celebración de los 500 años de Santa Marta. A pesar de tener una estatua de más de tres metros frente al estadio Eduardo Santos —símbolo del orgullo samario— el eterno 10 no se pronunció públicamente ni con un video, ni con un mensaje, ni siquiera con una historia en redes.
Lo único que hizo fue retuitear dos publicaciones: una del cantante Carlos Vives felicitando a la ciudad, y otra de una cuenta llamada “Santa Marta Colombia”. Nada más. Un gesto tan mínimo como desconcertante para quienes lo consideran patrimonio viviente de la ciudad.
El silencio del Pibe contrasta con la expectativa de los samarios, que esperaban de él al menos unas palabras de cariño, un guiño, una frase con su clásico “todo bien, todo bien”. Pero no hubo nada.
Carlos Valderrama en los últimos años ha dejado ver su afinidad hacia el Junior de Barranquilla y la cultura de esa ciudad, generando cierto desencanto entre quienes lo vieron crecer en las calles polvorientas de Santa Marta.
Pese a todo, Valderrama siguen siendo icono de Pescaíto, barrio símbolo de talento, resistencia y orgullo popular.
Pero esta vez, al menos en esta celebración, la figura del Pibe fue solo eso: una estatua inmóvil frente a un estadio que ya no se siente.
La gente se pregunta por qué. ¿Está molesto con la ciudad? ¿Hubo un desaire institucional? ¿Simple indiferencia? Hasta ahora, el Pibe no ha dado respuestas. Y su silencio —en medio de tanto ruido— se sintió más fuerte que cualquier discurso oficial.
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