Durante la conmemoración del quinto centenario de Santa Marta, el presidente Gustavo Petro cuestionó la exaltación de sus fundadores, y afirmó que lo que debe celebrarse es la resistencia de los pueblos indígenas que sobrevivieron a la conquista.

La conmemoración de los 500 años de Santa Marta tomó un rumbo inesperado cuando el presidente Gustavo Petro decidió desmontar el relato tradicional sobre la fundación de la ciudad más antigua de Colombia. Desde la emblemática Quinta de San Pedro Alejandrino, con presencia de comunidades indígenas, autoridades locales y representantes del Gobierno, el mandatario fue directo: “No podemos celebrar a los genocidas que trajeron la sangre”.

Con esta frase, Petro marcó distancia del enfoque oficial que históricamente ha presentado la fundación de Santa Marta como un hecho heroico liderado por Rodrigo de Bastidas en 1525. Por el contrario, el presidente denunció que ese momento histórico dio inicio a una larga cadena de violencia, despojo y exterminio contra los pueblos originarios del Caribe colombiano.

Bastidas y Jiménez de Quesada, en la mira

El jefe de Estado no se limitó a cuestionar a Bastidas. También incluyó en sus críticas a Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá. “No fundaron nada. Iniciaron las matanzas, el despojo y la esclavitud”, dijo.

En su intervención, afirmó que la historia de América Latina ha sido construida sobre un “genocidio silencioso” que aún no ha sido reconocido como tal por las estructuras oficiales del poder.

Lea también Petro quiere levantar una “Estatua de la Libertad Caribeña” en El Morro de Santa Marta

La audiencia escuchó en silencio las primeras palabras, pero al final del discurso los aplausos se hicieron sentir, especialmente desde los sectores indígenas que acompañaban al presidente. Petro insistió en que no es justo seguir repitiendo narrativas impuestas por los vencedores. “América se llamó así a costa del genocidio de millones de personas, ya sea por la espada o por las enfermedades que trajeron”, dijo con firmeza.

Crítica a los símbolos y al lenguaje

El presidente también se refirió a los actos protocolarios recientes en la ciudad, como el desfile militar del pasado 20 de julio que se realizó junto al monumento de Rodrigo de Bastidas. Para él, estos eventos siguen perpetuando una imagen glorificada de personajes que representan el inicio de la violencia colonial.

“Ese día no se conmemora a Bastidas, se conmemora lo contrario: la ruptura con su legado”, aseguró Petro, y propuso un cambio radical en la forma de entender la historia nacional. En particular, pidió eliminar del lenguaje oficial el término “conquista” como sinónimo de victoria, y comenzar a hablar de resistencia.

Los verdaderos fundadores, según Petro

En su intervención, Petro propuso un cambio de enfoque con una frase que resume su postura: “Los verdaderos fundadores fueron los pueblos que resistieron y escaparon a la Sierra”. En este sentido, reivindicó la antigüedad de las culturas indígenas de la región y su legado como raíces fundamentales de la identidad colombiana.

Aseguró que los pueblos originarios de la Sierra Nevada de Santa Marta representan una de las civilizaciones más antiguas del continente. “Somos más antiguos que los egipcios y los romanos”, dijo. Este mensaje fue acompañado de una invitación a los colombianos a revisar críticamente el pasado, no para borrar la historia, sino para entenderla desde quienes la sufrieron.

La intervención cerró con una reflexión contundente: “Hoy no celebramos una fundación. Celebramos la vida que sobrevivió a la muerte”. Petro aprovechó la conmemoración para plantear un nuevo relato histórico centrado en la dignidad, la resistencia y la justicia para los pueblos indígenas.