Ni en misa hubo paz: Pinedo y Martínez evitaron saludarse en los 500 años de Santa Marta


Durante la misa solemne, los mandatarios Rafael Martínez y Carlos Pinedo compartieron banca en la Catedral por protocolo, pero evitaron saludarse y ratificaron la evidente distancia política que ni los 500 años lograron disimular.

El saludo de la paz no llegó. Ni el protocolo eclesiástico ni la conmemoración de los 500 años de Santa Marta fueron suficientes para que el gobernador del Magdalena, Rafael Martínez, y el alcalde del Distrito, Carlos Pinedo Cuello, estrecharan sus manos en señal de cortesía. 

En cambio, protagonizaron un momento tenso y elocuente durante la misa solemne en la Catedral Basílica, ante la mirada atenta de los feligreses y los flashes expectantes de los curiosos.

La solemnidad de Santa Marta, celebrada cada 29 de julio, coincidió este año con la emblemática conmemoración del medio milenio de fundación de la ciudad. La ceremonia litúrgica congregó a autoridades civiles, militares, eclesiásticas y a buena parte de la clase política local y nacional. Entre todos, los más observados fueron ellos: el gobernador y el alcalde.

Por protocolo, ambos fueron ubicados en la misma banca de la iglesia, uno al lado del otro. La imagen, que en otra época habría simbolizado unión institucional, se transformó rápidamente en una escena cargada de incomodidad. No cruzaron palabras. Ni miradas. Ni un gesto. Cada uno pareció concentrarse en su propio libreto.

Pero el momento más revelador fue durante el tradicional “saludo de la paz”, ese instante en que los asistentes a la misa extienden su mano al prójimo como signo de reconciliación y fraternidad. 

Rafael y Carlos, en lugar de saludarse, desviaron su atención hacia otras personas. Literalmente, se dieron la espalda. El acto no pasó desapercibido. Algunos asistentes sacaron sus celulares, esperando registrar un posible apretón de manos que nunca ocurrió. Lo que consiguieron fue una postal del distanciamiento político elevado a lo simbólico.

Una rivalidad sin tregua

La relación entre ambos líderes ha sido tensa desde el inicio de sus mandatos. Martínez, del movimiento Fuerza Ciudadana y heredero político del exalcalde Carlos Caicedo, ha sido un férreo crítico de la administración de Pinedo. Por su parte, el alcalde ha respondido señalando presuntas irregularidades y falta de transparencia en gestiones anteriores, sin ahorrar adjetivos en sus intervenciones públicas.

A pesar de compartir responsabilidades sobre el destino de Santa Marta y el Magdalena, sus agendas han caminado por aceras opuestas. Mientras uno prioriza sus obras desde el Palacio Tayrona, el otro avanza con sus planes desde el edificio de la Alcaldía, sin puentes de diálogo evidentes entre ambos gobiernos.

Ni los 500 años los juntaron

Se esperaba que el aniversario 500 de la ciudad fuera un momento de unidad, al menos en las formas. Sin embargo, la misa mostró que ni el contexto histórico, ni la figura de la santa patrona, ni el espíritu de reconciliación fueron suficientes para dejar de lado las diferencias.

“Los vimos sentados uno al lado del otro, pero fue como si no se conocieran. Cada uno saludando a todos menos al que tenía al lado”, comentó uno de los asistentes, testigo directo del episodio.


¿Quieres pautar

con nosotros?