Ambos son ciudadanos venezolanos que salieron desde Ciénaga para adquirir una motocicleta, y fueron hallados asesinados, atados y con múltiples impactos de bala en una trocha de la vereda Puerto Mosquito.

Vinieron a comprar una moto y los mataron. Así de crudo. Oswaldo José Hernández, de 30 años, y Miguel Vita, ambos de nacionalidad venezolana, fueron encontrados sin vida en una trocha solitaria de la vereda Puerto Mosquito, zona rural de Santa Marta. Sus cuerpos estaban atados de pies y manos y presentaban múltiples heridas de bala.

Habían salido desde el municipio de Ciénaga con la esperanza de cerrar un negocio. Según sus familiares, se dirigieron a Santa Marta tras ser contactados por supuestos vendedores de una motocicleta. Nunca regresaron.

El macabro hallazgo se produjo luego de que campesinos de la zona dieran aviso a las autoridades sobre la presencia de una moto abandonada cerca de un camino rural. Horas después, la Policía encontró los cuerpos entre la maleza: maniatados, con señales de tortura y acribillados a tiros.

La principal hipótesis que manejan los investigadores es que fueron citados con engaños a esa zona apartada, emboscados y asesinados con sevicia.

La motocicleta en la que se movilizaban fue encontrada cerca del sitio, lo que descarta inicialmente que se tratara de un robo.

La Policía Metropolitana de Santa Marta confirmó que no hay capturas ni pistas sólidas sobre los autores del doble homicidio, aunque ya se abrió una investigación conjunta con la Fiscalía. Se espera que los análisis de balística y los testimonios de familiares aporten claridad sobre el móvil del crimen.

Los cuerpos de Hernández y Vita serán trasladados a Ciénaga, para que sus seres queridos puedan sepultarlos.