En el marco de la conmemoración de la fundación hispánica de la ciudad, el sumo pontífice exaltó la riqueza espiritual y cultural de Santa Marta y llamó a sus habitantes a renovar su compromiso cristiano con esperanza, ternura y respeto por la creación.

Con motivo de los 500 años de la fundación hispánica de Santa Marta, el Papa León XIV envió un sentido mensaje a la ciudad, resaltando su legado histórico, espiritual y natural. A través de la Diócesis de Santa Marta, el pontífice compartió sus palabras con los samarios, a quienes animó a abrazar la esperanza y la ternura como caminos para afrontar los desafíos sociales y espirituales del presente.

“Que esta ciudad sea un faro de encuentro entre el hombre y la creación, donde el respeto a la naturaleza se convierta en un acto de fe”, expresó el Papa en su mensaje, en el que también propuso que Santa Marta sea reconocida como un modelo de armonía entre la fe, la cultura y el entorno natural. En sus palabras, el líder de la Iglesia católica hizo énfasis en el valor de la Sierra Nevada y las tradiciones indígenas como parte esencial de la identidad samaria, y destacó la importancia de vivir la espiritualidad en diálogo con las raíces culturales del territorio.

El mensaje, cargado de simbolismo y esperanza, fue recibido con gratitud por la comunidad religiosa y civil de la ciudad, que celebra este medio milenio de historia no solo como una fecha conmemorativa, sino como una oportunidad para reflexionar sobre su presente y futuro.

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En su llamado, el Papa León XIV insistió en la necesidad de que la fe se traduzca en acciones concretas que promuevan la justicia social, la unidad comunitaria y el cuidado de la casa común. Su intervención se suma a los múltiples saludos nacionales e internacionales que ha recibido Santa Marta durante esta celebración histórica, que reafirma su papel como una ciudad emblemática para Colombia y para el mundo católico.

Las palabras del pontífice quedarán registradas como uno de los momentos más especiales de esta conmemoración, y marcan un nuevo horizonte de compromiso espiritual para una ciudad que mira hacia adelante con orgullo, fe y esperanza.