Entró a ayudar a su esposa… y máquina de resonancia lo mató 


El hombre fue succionado violentamente por una máquina de resonancia magnética en un hospital de Nueva York, luego de entrar a asistir a su esposa con una cadena metálica al cuello. La familia denuncia fallas en los protocolos de seguridad.

Keith McAllister, de 61 años, no dudó en entrar a la sala cuando escuchó la voz de su esposa Adrienne pidiéndole ayuda. Ella, recostada en la camilla dentro de una máquina de resonancia magnética, no podía levantarse por sí sola. Era una escena rutinaria, aparentemente sin mayores riesgos. Pero ese paso que Keith dio lo llevó directo a la tragedia.

Lo que debía ser un examen médico terminó en una escena brutal que dejó a una familia rota, al personal atónito y a las autoridades con más preguntas que respuestas. Keith fue absorbido violentamente por el campo magnético del equipo, sin tiempo para reaccionar, sin que nadie lo detuviera.

Lea aquí: “No podré ver a mis padres por 10 años”: extranjero pide perdón por destrozos en aeropuerto de Cartagena

Llevaba consigo una cadena metálica, un objeto común, cotidiano, que, en ese entorno, se transformó en un arma letal.

“Grité su nombre, él entró con su cadena puesta… y fue arrastrado. Lo giró, lo golpeó y se desplomó frente a mí”, contó Adrienne Jones-McAllister, su esposa, con la voz quebrada.

«Se despidió de mí con la mano«, relató. Ese gesto simple fue lo último que compartieron.

El protocolo que falló

Todo ocurrió en cuestión de segundos, pero las fallas de seguridad parecen arrastrarse desde mucho antes. Adrienne afirma que al menos uno de los trabajadores del centro médico sabía que Keith usaba esa cadena, una pieza que no se quitaba nunca. Aún así, nadie le advirtió. Nadie impidió su ingreso.

“Ya habían hablado de ello antes”, dijo la viuda, asegurando que no fue un descuido aislado, sino un error sistemático que puso en riesgo vidas.

También: Joven promesa del fútbol cambió el deporte por el delito: lo capturaron con arma ilegal

Los especialistas son claros: una máquina de resonancia magnética en funcionamiento crea un campo magnéticocientos de veces más potente que el de la Tierra. Objetos metálicos pueden salir disparados como proyectiles. Por eso, el ingreso a estas salas exige filtros estrictos.

Pero ese día, esos filtros fallaron.


¿Quieres pautar

con nosotros?