Gatilleros en moto irrumpieron en la vereda Cuatro Caminos y dispararon sin piedad contra dos hombres. Las víctimas intentaron escapar, pero fueron perseguidas, alcanzadas y rematadas con tiros en la cabeza. El crimen fue brutal y los asesinos huyeron sin dejar rastro.

La tarde que parecía tranquila en la vereda Cuatro Caminos terminó teñida de sangre. Dos hombres caminaban por la vía rural cuando fueron sorprendidos por pistoleros que se movilizaban en motocicleta. Sin previo aviso, los sicarios abrieron fuego.

Los dos amigos intentaron correr por sus vidas, pero no lo lograron. Fueron perseguidos, acorralados y ejecutados con disparos certeros en la cabeza. Cayeron en el piso. La escena fue desgarradora: cuerpos inertes sobre el asfalto y casquillos regados a su alrededor.

Uno de los muertos fue identificado como Fredys Martínez García. El otro aún no ha sido reconocido oficialmente. Testigos aseguran que todo ocurrió en segundos. Nadie vio de dónde salieron los asesinos ni hacia dónde huyeron. Solo escucharon los tiros y luego el silencio sepulcral.

La comunidad, aterrada, alertó a las autoridades, pero ya era tarde. Cuando llegaron los primeros uniformados, los agresores habían desaparecido sin dejar huella. El doble homicidio reavivó el miedo en esta zona del Magdalena, golpeada con frecuencia por la violencia criminal.

Las autoridades del CTI y la Policía adelantan las diligencias judiciales e investigativas. Aunque aún no hay una hipótesis confirmada, no se descarta que el crimen esté relacionado con disputas entre grupos armados ilegales que operan en el corredor bananero. Lo cierto es que dos vidas fueron segadas con frialdad y la impunidad, por ahora, sigue reinando.