No se sabe nada de su paradero desde el pasado miércoles cuando se dirigía en moto desde Santa Ana hasta su lugar de trabajo en Curinca. Su familia lo busca desesperadamente y teme lo peor.

Desde miércoles 16 de julio la familia Aguirre Olivo vive días de angustia. Kevin Andrés, de 24 años, se despidió como cualquier otro día, subió a su motocicleta y salió rumbo a su trabajo en el barrio Curinca, donde se ganaba la vida como cocinero en un local de comidas rápidas. Pero nunca llegó.

Desde entonces, la vida para su familia se convirtió en una mezcla de miedo, incertidumbre y desesperación. Nadie ha vuelto a saber de él. Su celular permanece apagado, y su motocicleta —una TVS negra con rojo— tampoco ha sido localizada.

Ashley Aguirre, hermana del joven, relata que fue visto por última vez cuando se marchó desde su casa en el barrio Santa Ana. “Kevin no es una persona que se desaparezca así porque sí. No tenía problemas, no estaba deprimido, y nunca había hecho algo parecido. Esto es muy raro. Estamos desesperados”, expresó entre lágrimas.

El silencio ha sido total desde ese día. Amigos, vecinos y conocidos han compartido su fotografía en redes sociales, se han movilizado, preguntado en hospitales, estaciones de Policía, centros de reclusión. Nada. Ni una pista. Ni una cámara de seguridad que lo haya captado en el trayecto.

La familia, al ver que pasaban las horas sin respuestas, acudió a la URI de la Fiscalía para reportar la desaparición de manera oficial. Esperan que las autoridades aceleren la revisión de cámaras en la zona, la toma de testimonios y cualquier otro elemento que permita reconstruir sus últimos pasos.

“Lo único que pedimos es que aparezca, que alguien nos diga dónde está. No podemos seguir así”, insiste su hermana.

Su familia ruega por su regreso con vida. Mientras tanto, esperan cualquier información que los saque de esta pesadilla.

Si usted tiene datos sobre su paradero, puede comunicarse al número 302 268 5898 o informar a la estación de Policía más cercana.