Petro en Santa Marta dejó claro que solución de agua “sigue embolatada” 

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El mandatario aunque reconoció que es un problema grave, indicó que todavía no hay un proyecto ni presupuesto definido para que la ciudad tenga acceso al líquido vital. 

El evento del Presidente Gustavo Petro en Santa Marta dejó más interrogantes que respuestas. Como era de esperar, más allá de las propuestas y proyectos, lo que predominó fue la confrontación política del gobernador Rafael Martínez con el alcalde Carlos Pinedo Cuello.

En sus intervenciones respectivas, Pinedo y Martínez dieron la bienvenida al mandatario nacional y plantearon sus solicitudes formales para la región.

La participación del alcalde estuvo marcada por el abucheo de los seguidores del caicedismo, lo que dificultó la audición de su discurso. A pesar del tumulto, Pinedo se mostró dispuesto a colaborar con el presidente para trabajar en pro del beneficio de la ciudad, solicitando especialmente apoyo en la seguridad, el suministro de agua y la reducción de las tarifas de energía.

Por su parte, el gobernador Martínez pidió el acompañamiento del gobierno nacional para proyectos viales y respaldó los programas del gobierno nacional. Sin embargo, no perdió la oportunidad de criticar a Pinedo por la manera como llegó a la alcaldía y cuestionar su proyecto de agua.

No hubo anuncios especiales para Santa Marta

Aunque el presidente Petro optó por no inmiscuirse en la contienda política local, tampoco ofreció noticias que generaran satisfacción o tranquilidad entre los ciudadanos. Respecto al problema del agua potable, el mandatario dejó claro que no hay un proyecto en firme y solo sugirió alternativas como el uso del agua del río Magdalena o la desalinización del agua de mar, reconociendo que la crisis beneficia a políticos y empresarios con el negocio de los carrotanques.

Una de las propuestas del presidente Petro fue planificar vigencias futuras para acelerar proyectos como el de Santa Marta.

Sin embargo, uno de los anuncios que no fue bien recibido fue el de la ministra Velazco, quien reconoció que, a pesar de 22 meses de trabajo, aún no se ha logrado una solución definitiva para el problema del agua, comparando negativamente el progreso con el de Quibdó.

Petro también insinuó la posibilidad de negociaciones de paz con grupos armados de la Sierra, aunque no se hicieron anuncios importantes al respecto.

De esta manera, el presidente dejó la ciudad sumida en la misma incertidumbre que encontró, mientras que los líderes locales continúan con su disputa política y los residentes enfrentan la escasez de agua. De hecho, durante el evento en el Polisur, se llevaba a cabo una protesta por la falta de agua en la calle 30.

Según el presidente, la solución para las diversas regiones tendría un costo aproximado de 100 billones de pesos, argumentando que esta cifra total sería más económica que las inversiones realizadas en las vías 4G durante los gobiernos anteriores, que superan los 130 billones de pesos.