La búsqueda de Juan Carlos Weffer y Nelson Saavedra entra en una etapa crítica. Tras el naufragio de su lancha, sólo uno de los tres pescadores fue rescatado con vida. La posibilidad de que los cuerpos hayan sido arrastrados hacia aguas colombianas mantiene en vilo a sus familias.

El tiempo corre y el mar sigue sin devolver respuestas. Han pasado más de 72 horas desde que Juan Carlos Weffer y Nelson Saavedra desaparecieron tras el naufragio de la lancha Las 5F en aguas de Punta Cardón, estado Falcón, y la incertidumbre se transforma en una pesada angustia que ahoga a sus familias.

El jueves a las 4:00 de la tarde zarpó la embarcación con tres tripulantes. Unas horas más tarde, una ola inesperada los sorprendió y partió la lancha. La violencia del mar los dejó a la deriva. De los tres hombres, solo uno ha vuelto.

Francisco Javier Borregales Lugo, el único sobreviviente, fue hallado al día siguiente en la zona de Zazárida por un guajiro que lo encontró flotando en estado delicado. Fue él quien dio los primeros indicios: sus compañeros seguían con vida al amanecer del viernes. Silbaban, pedían ayuda. Pero después de las seis de la mañana, ya no se oyó más nada.

La búsqueda aérea del fin de semana —organizada por un equipo de rescate y con el apoyo de un colaborador de la Iglesia Católica— duró apenas una hora y 22 minutos. No hubo resultados. El combustible fue insuficiente para extender el rastreo a baja altura. “No encontramos nada”, fue la desoladora conclusión de uno de los rescatistas.

Cada segundo sin noticias golpea más fuerte. Karina Arcaya Weffer, sobrina de uno de los desaparecidos, no oculta la frustración: “No encuentran nada”. Con voz quebrada, también denunció la indiferencia de las autoridades estatales, que hasta ahora no han mostrado una reacción acorde a la gravedad del caso.

La posibilidad de que los cuerpos hayan sido arrastrados hacia aguas colombianas por efecto de las corrientes y el viento suma otra preocupación. La familia implora por una búsqueda binacional. Hacen un llamado urgente a los pescadores de La Guajira y a las autoridades marítimas de Colombia para que estén atentos ante cualquier avistamiento.

Mientras los días pasan, las familias de Juan Carlos y Nelson se mantienen firmes en su fe. No están dispuestas a rendirse. Exigen que no se abandone la búsqueda, que no se deje a la deriva la memoria de dos hombres de mar que salieron a trabajar y nunca regresaron.

“El mar se los llevó, pero aún pueden volver”, repiten con esperanza. Lo que piden ahora es simple, pero vital: que no los olviden. Que no dejen de buscar.