La madre venezolana de cinco hijos, murió tras ser atropellada por una camioneta vinculada a una contratista de Claro Perú, luego de acusar a dos técnicos de haberla abusado sexualmente durante más de doce horas. El caso, aún bajo investigación, ha causado conmoción e indignación nacional.

Una jornada rutinaria de instalación de internet terminó con una muerte en plena vía pública. Andreina Farías, una mujer venezolana de 31 años, fue arrollada y arrastrada por una camioneta color plata, vinculada a una empresa contratista de Claro Perú, luego de señalar a dos técnicos del servicio como responsables de haberla agredido sexualmente dentro de su propia casa.

El hecho ocurrió en Lima, Perú. Según el testimonio de la víctima, los técnicos ingresaron a su vivienda a las 9:00 de la mañana y no salieron hasta pasadas las 10:30 de la noche. Una permanencia irregular, sin explicación aparente, que terminó con una acusación de violación y una escena fatal registrada por vecinos.

El video, que ahora forma parte de la investigación policial, muestra a Farías fuera de control, golpeando el vehículo e increpando a los ocupantes. “¡Mátenme pues!”, se le escucha gritar segundos antes de que la camioneta acelerara, llevándola colgada en la parte delantera por varios metros hasta que cayó al pavimento y perdió la vida.

La escena no solo dejó un cuerpo sin vida en la calle, sino también preguntas en redes sociales, medios y foros comunitarios: ¿cómo fue posible que los técnicos permanecieran más de doce horas en la vivienda sin alertar a nadie?, ¿por qué la empresa no activó ningún protocolo ante una situación tan anómala?

Claro Perú emitió un comunicado rechazando cualquier acto de violencia y anunció la activación de sus protocolos internos, además de la denuncia penal correspondiente. La compañía aclaró que el servicio en esa zona estaba a cargo de PC Telecom, una contratista que confirmó la separación inmediata de los técnicos implicados.

Hasta el momento, los acusados no han sido capturados, pero ya fueron identificados gracias a las cámaras de seguridad. La Policía continúa con las investigaciones, mientras la familia de Andreina, sus vecinos y varias organizaciones sociales exigen justicia.

Una velatón frente a su casa reunió a decenas de personas que, con velas encendidas, elevaron su voz contra la violencia de género, la impunidad y la falta de controles en servicios domiciliarios.