Cayó ‘Los Lancheros 2’: pescadores del Clan del Golfo que traficaban droga en la Ciénaga Grande


Una operación conjunta entre la Policía y la Fiscalía permitió la captura de nueve presuntos miembros de una red de microtráfico que usaba lanchas para mover droga entre Ciénaga y Puebloviejo.

Un grupo élite de la Policía irrumpió en nueve viviendas de pescadores. No buscaban redes de pesca ni canoas, sino a los miembros de una organización que, desde hace meses, distribuía droga a lo largo de los manglares y playas como si fueran rutas invisibles de un negocio oscuro.

Así fue desarticulada la banda conocida como ‘Los Lancheros 2’, un grupo que, bajo la fachada de humildes pescadores, escondía una peligrosa red al servicio del Clan del Golfo.

La operación, liderada por la Policía Metropolitana de Santa Marta en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, dejó como saldo la captura de nueve personas, seis mediante orden judicial y tres en flagrancia.

Los allanamientos simultáneos se realizaron en Ciénaga y Puebloviejo, dos municipios marcados históricamente por el abandono estatal y la presencia de economías ilegales. Allí, la banda usaba pequeñas embarcaciones para movilizar estupefacientes, aprovechando la geografía anfibia del lugar para esquivar controles y hacer llegar la droga a puntos de venta, incluso cerca de escuelas.

En los operativos fueron incautados un kilo de cocaína, 430 gramos de bazuco y 30 gramos de marihuana, suficiente para preparar más de 1.500 dosis que no alcanzaron a llegar a manos de consumidores. El cálculo oficial estima que el grupo criminal generaba ganancias superiores a los 40 millones de pesos mensuales.

“Este es un golpe certero al microtráfico en el Magdalena y a las finanzas del Clan del Golfo”, declaró un vocero de la Policía, quien aseguró que la investigación continúa para dar con los cabecillas de la red, algunos de los cuales podrían estar aún en libertad.

Los ahora detenidos, que por años se confundieron entre los verdaderos trabajadores del mar y la Ciénaga Grande fueron puestos a disposición de las autoridades judiciales. Su historia no es la del pescador que vuelve al amanecer con redes llenas de peces, sino la del lanchero que cargaba droga en silencio, sabiendo que su labor tarde que temprano tendría consecuencia.


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