La decisión de la esposa de Jorge Bolaño de realizar un funeral reservado en Cúcuta generó incomodidad entre varios de sus excompañeros, quienes esperaban un homenaje más amplio y representativo del legado que dejó el exfutbolista samario en el fútbol colombiano.

El pasado 6 de abril, Jorge Bolaño falleció en Cúcuta tras sufrir un infarto fulminante mientras compartía con su familia en una celebración. Su muerte generó conmoción en el mundo del fútbol, especialmente porque, minutos antes del suceso, se le veía bailando y sonriendo, según videos difundidos en redes sociales. Sin embargo, no fue solo su partida lo que impactó a muchos, sino también la manera en la que fue despedido.

Andrea Rocío Pérez, su segunda esposa, tomó la decisión de realizar la ceremonia fúnebre en la capital de Norte de Santander, ciudad donde convivía con el exjugador. Si bien hubo una caravana y un homenaje en el estadio General Santander, varios de sus excompañeros expresaron su descontento con la forma en la que se manejó el sepelio, al que consideran modesto y alejado de la grandeza de quien en vida defendió los colores de la Selección Colombia, Junior de Barranquilla y el Parma de Italia, entre otros equipos.

“Fue un entierro muy triste”, dijo con evidente decepción Williams Fiorillo, quien compartió camerino con Bolaño en el Junior. “La actual esposa no tenía ninguna relación con nosotros. Ella tenía la potestad, por así decirlo, y lo decidió de esa forma. Pero para mí eso no era lo que ‘el Bola’ merecía”, expresó. El exfutbolista también criticó la ausencia de figuras representativas de la Selección y de otros equipos donde brilló su compañero. “No vi jugadores de Selección Colombia, no vi excompañeros de muchos equipos, ni del Junior. Faltó mucha gente que fue importante en su carrera”.

Para muchos de los que lo conocieron en las canchas, el último adiós a Bolaño se sintió incompleto. Aunque asistieron exjugadores como Raúl Eduardo Chaparro, Carlos Mario Vilarete, Víctor Danilo Pacheco, y el técnico Alberto Gamero, la falta de una convocatoria más amplia dolió. “Cuando tú mueres, los que te acompañan te están dando un mensaje de lo que hiciste en vida. Y ese mensaje fue débil, desdibujado”, reflexionó Fiorillo.

El cortejo culminó en el Parque Cementerio de La Esperanza, donde hoy reposan sus restos. Jorge Bolaño tenía 47 años y se preparaba para celebrar su cumpleaños número 48 el próximo 28 de abril. Días antes de su fallecimiento, se encontraba entrenando al equipo Sub-20 de Cúcuta Deportivo, entregando su experiencia a las nuevas generaciones. Pese a su legado, sus colegas sienten que el país futbolero no le dio el tributo que merecía.