
Fin del reinado de “Los Pulsar”: cayeron experimentados ladrones que operaban en Magdalena, Cesar y Bolívar
Por años sembraron el miedo entre ciudadanos, comerciantes y hasta bancos. Se movían con libertad, a pesar de sus múltiples anotaciones judiciales. Pero la calle les cobró factura. La Policía, con apoyo de la comunidad, les puso fin a sus días de delito.
Durante mucho tiempo, caminar con un celular en la mano, abrir una tienda en la madrugada o ir al banco sin mirar atrás, era casi un acto de valentía en zonas del sur del Magdalena, Cesar y Bolívar. Y es que detrás de la ola de hurtos que se vivía en estos tres departamentos, estaba una banda que actuaba con la frialdad de los expertos y la impunidad de los intocables: Los Pulsar.
Pero el pasado fin de semana, ese temido nombre dejó de causar terror para pasar a engrosar la lista de organizaciones criminales desmanteladas.
En un operativo conjunto entre uniformados de la estación de Policía de El Banco y agentes de la Seccional de Investigación Criminal, fueron capturados cinco presuntos integrantes de esta estructura, justo cuando se desplazaban en un carro con una granada y munición para fusil. La comunidad, cansada de vivir bajo la sombra del miedo, fue clave en la entrega de la información.

Los detenidos no eran ningunos improvisados. Yoelmar Marino Manjarrez Ovalle, conocido como “el Gordo”, tenía 11 anotaciones judiciales por delitos como concierto para delinquir, porte ilegal de armas, lesiones personales y hurto calificado. Le seguían Jesús Rangel, alias “Cicatriz”, e Iván Arismendy, alias “Zapatico”, ambos con antecedentes por porte ilegal de armas; y Reinel Rivero, alias “el Flaco”, con anotaciones por hurto. Cerrando el grupo estaba una mujer apodada “La China” o “La Bichota”, quien, según las autoridades, también tenía un papel clave en la logística de los robos.
El arsenal incautado no deja duda de su peligrosidad: una granada de fragmentación, 22 cartuchos para fusil, dos motocicletas, cuatro celulares y un automóvil, elementos que usaban para planear y ejecutar sus fechorías. No distinguían a nadie: hurtaban a personas, negocios, bancos y puntos de recaudo. Su campo de acción era amplio y su modus operandi, eficaz.

El coronel Javier Alberto Duarte Reyes, comandante del Departamento de Policía Magdalena, fue contundente: “A estos delincuentes se les acabó el reinado. Este resultado es fruto del trabajo articulado entre nuestra institución y la comunidad. Seguiremos desplegando todas nuestras capacidades para garantizar la seguridad en el territorio”.
Ahora, los capturados enfrentarán cargos por fabricación, tráfico y porte de armas de uso restringido y explosivos, y quedaron a disposición de la Fiscalía 23 Seccional de El Banco.

Los vecinos respiran con alivio. Las calles, por primera vez en mucho tiempo, parecen un poco más seguras. Porque, aunque la violencia no se detiene, al menos esta vez, ganó la justicia.
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