La joven abogada se sometió a un procedimiento estético en un establecimiento de Girardot clandestino. Horas después, sufrió una hemorragia fatal y no recibió atención médica oportuna.

La vida de Milena Angélica Urueña Ortiz, una joven abogada y madre soltera de 30 años, terminó de forma abrupta y dolorosa tras someterse a una liposucción en un centro estético sin certificaciones en Girardot. Lo que debía ser un procedimiento para mejorar su apariencia se convirtió en una pesadilla que terminó con su muerte, dejando a su hijo huérfano y a su familia sumida en el dolor y la indignación.

Milena, residente en Flandes, Tolima, fue alentada por una amiga a realizarse la cirugía en un lugar donde los costos eran más bajos que en clínicas certificadas. Confiada en las recomendaciones, ingresó al establecimiento sin imaginar que sería su última decisión. Horas después del procedimiento, su cuerpo comenzó a fallar. La intervención, lejos de cumplir su promesa de embellecimiento, la dejó en estado crítico, desangrándose sin recibir atención médica adecuada.

En lugar de trasladarla de inmediato a un hospital, los mismos trabajadores del centro estético intentaron tratarla de manera improvisada en su casa, haciendo perder valioso tiempo que pudo haberle salvado la vida. En la madrugada, cuando su estado ya era irreversible, fue llevada a la clínica Colsubsidio de Girardot, pero llegó sin signos vitales. La negligencia había sentenciado su destino.

El dolor de su familia se transformó en lucha. Denunciaron ante la Fiscalía a los responsables de la cirugía, descubriendo que operaban sin certificaciones, sin pólizas de seguro y sin personal capacitado. Tras la tragedia, las redes sociales del centro estético fueron eliminadas, un acto que para sus allegados evidencia la intención de seguir operando bajo otro nombre y poniendo en riesgo más vidas.