Una noche amarga en el Metropolitano. Pudo sumar tres puntos y terminó sin nada igual que siempre.

Los samarios ya se acostumbraron a no ilusionarse. Este miércoles, una vez más, Unión Magdalena dejó escapar una victoria que parecía segura y terminó hundiéndose en la derrota en los últimos minutos.

Como si se tratara de un guion repetido, el ‘Ciclón’ mantuvo la ventaja gran parte del partido, pero en el ocaso del compromiso lo perdió todo.

El estadio Metropolitano fue el escenario de otra noche frustrante para los hinchas bananeros. Atlético Junior, en un acto heroico, volteó el marcador y dejó al Unión con las manos vacías.

Fue un clásico costeño que tuvo drama, emoción y, al final, la misma historia de siempre para los samarios: la victoria a punto de ser celebrada y la derrota en el último suspiro.

El espejismo del buen juego
Había razones para ilusionarse, aunque solo fuera por un momento. Con la dirección técnica de Gerardo Bedoya en la línea y Alexis García asesorando desde la tribuna, el Unión se vio compacto, bien plantado en defensa y con chispa en ataque. Era otro equipo, al menos en apariencia.

Ese buen momento se reflejó en el marcador cuando, al minuto 35, una jugada llena de pundonor terminó en gol. Junior reclamó una falta sobre José Enamorado en una pelota dividida, pero el árbitro dejó seguir. Jannenson Sarmiento aprovechó, desbordó y envió un centro preciso que Ricardo ‘Caballo’ Márquez transformó en el 0-1. Gol que silenciaba a los barranquilleros y daba esperanzas a los samarios.

El ‘Ciclón’ supo sostener la ventaja por largos pasajes del partido. La defensa resistía, el mediocampo cortaba los circuitos del Junior y, aunque sufría, el equipo parecía encontrar la forma de sobrevivir. Sin embargo, esa sensación era engañosa.

El golpe del final: una historia repetida
Junior no estaba dispuesto a ceder el clásico sin lucha y, con los cambios de César Farías, el equipo barranquillero se volcó al ataque. Teófilo Gutiérrez y Steven ‘Titi’ Rodríguez entraron con una misión clara: rescatar al tiburón.

Parecía que Unión podría aguantar. Pero al minuto 83, la jerarquía de Teo se impuso. Entró al área chica sin pedir permiso y, con la frialdad de los veteranos, puso el empate. Un golpe que ya se sentía definitivo, porque la historia dictaba que después de eso vendría lo peor para el Unión.

Y así fue. En el 90+3’, cuando el árbitro ya miraba su reloj, apareció Rodríguez para sellar la remontada. El 2-1 desató la euforia en la tribuna barranquillera y dejó al equipo samario sumido en la desesperanza.

Unión sigue sin conocer la victoria
La derrota en el clásico es más que un resultado; es el reflejo de la realidad de un equipo que sigue sin levantar cabeza. Diez fechas han pasado en la Liga BetPlay I-2025 y el Unión Magdalena aún no sabe qué es ganar.

Los hinchas bananeros, resignados, volvieron a casa con la misma sensación de siempre: el equipo puede jugar bien, puede pelear, puede ilusionar, pero al final, la historia termina igual. Y en Santa Marta, la costumbre de perder en los últimos minutos se ha vuelto insoportable.