El hombre de 38 años con el que vivía asegura que fue un suicidio, mientras que la familia de la menor, duda de esta versión e insiste en su responsabilidad.

Dana Sofía Chacón Ortega tenía 16 años cuando fue encontrada sin vida en su habitación. Su pareja, Carlos Piraguata, de 38, sostiene que fue un suicidio, pero su familia y amigos no creen en esa versión.

Para ellos, la adolescente vivía atrapada en una relación de control y violencia, y exigen que su muerte no quede impune.

Desde hace meses, algo en Dana Sofía había cambiado. Se volvió más callada, evitaba salir con sus amigos y, cuando lo hacía, Piraguata no tardaba en aparecer.

“Él la celaba con todos, hasta con niños de su edad”, cuenta una vecina. “Si no le contestaba el teléfono, se aparecía en su casa”.

Su familia, aunque conocía la relación, ahora se cuestiona cuánto sabían realmente. “Pensamos que solo eran peleas de pareja, pero ahora nos damos cuenta de que ella estaba atrapada en algo más grande”, lamenta un allegado.

Dudas que exigen respuestas

Aunque Piraguata insiste en que Dana Sofía se quitó la vida, las autoridades no han descartado otras hipótesis.

La historia de conflictos en la relación, las señales de presunto maltrato psicológico y físico, y el miedo que la joven parecía sentir han llevado a que la investigación siga abierta.

“La autopsia será clave”, señala una fuente del caso. Los análisis forenses determinarán si realmente fue un suicidio o si hubo intervención de un tercero. Mientras tanto, la comunidad exige justicia y que no se descarte la posibilidad de un feminicidio.

Dana Sofía no puede hablar, pero su historia aún tiene mucho que decir. La pregunta sigue en el aire: ¿realmente se quitó la vida o alguien se la arrebató?