La joven de 24 años fue encontrada sin vida en su habitación. Un compañero de trabajo notó su ausencia y descubrió la tragedia.

Apenas tenía 24 años. Abis Marie Monzón Rodríguez era una joven trabajadora, con una rutina estable y un círculo cercano que la apreciaba. Sin embargo, su vida se apagó en soledad, en la habitación de su casa en el barrio Primero de Mayo, donde fue encontrada sin signos vitales la tarde de este martes.

Nadie se percató de su ausencia hasta que un compañero de trabajo, extrañado porque no salía para su turno en el supermercado donde ambos laboraban, decidió ir a buscarla. Lo que encontró al abrir la puerta fue un escenario desolador: Abis yacía en el suelo de su cuarto, sin vida.

La noticia de su muerte corrió rápidamente entre familiares, amigos y colegas, quienes aún intentan comprender lo sucedido. Algunos sostienen que Abis padecía episodios de convulsiones y que quizás uno de estos la sorprendió en el momento menos indicado, cuando nadie estaba cerca para socorrerla. Otros creen que pudo haber sufrido un infarto.

Una tragedia en silencio

A diferencia de otras muertes que sacuden con estruendo, la de Abis ocurrió en completo silencio. No hubo llamados de auxilio ni testigos que pudieran advertir lo que pasaba. Su cuerpo quedó ahí, solo, hasta que alguien notó su ausencia.

«Nos duele mucho su partida. Era una persona alegre, responsable, siempre dispuesta a ayudar», cuenta una compañera de trabajo que prefiere no ser identificada. «No entendemos qué pasó. Nos vimos hace poco, parecía estar bien, pero ahora nos enteramos de esto y es devastador».

Para su familia, la incertidumbre es aún mayor. ¿Pudo haberse salvado si alguien hubiese estado con ella? ¿Si hubiese podido pedir ayuda a tiempo? Son preguntas que quedarán sin respuesta, pues la causa exacta de su fallecimiento sigue siendo un misterio.