Amenazas, hackeo y un atentado frustrado contra la diputada de Fuerza Ciudadana Margarita Guerra


Sujetos en moto interceptaron a la asambleista y le apuntaron con una pistola, pero la bala nunca salió. La dejaron un mensaje amenazante y un arreglo floral.

Margarita Guerra Zúñiga asegura que está viva de milagro. La diputada de la Asamblea del Magdalena, reconocida por su postura a favor de Fuerza Ciudadana, se salvó de un atentado que, según su relato, no se consumó porque el arma del sicario se encasquilló.
Fue un instante de tensión y desconcierto. Guerra iba en su vehículo, acompañada por su hermano y su sobrina, cuando dos hombres en motocicleta la interceptaron en la Avenida del Libertador con Avenida del Río. Uno de ellos descendió, sacó una pistola 9 milímetros, apuntó y jaló el gatillo. El disparo nunca salió.


El silencio que dejó el arma atorada contrastó con el estruendo del miedo que se apoderó de los ocupantes del automóvil. En segundos, la escena tomó un giro aún más macabro: al vehículo, los agresores arrojaron un cartel con un mensaje amenazante: «Naranja sapa HP, te quitas o te quitamos», escrito en un papel azul arrugado, acompañado por un arreglo floral, similar a los que adornan los féretros en los entierros. Luego, los atacantes huyeron sin dejar rastro.
El intento de asesinato se produjo pocas horas después de que Guerra denunciara el hackeo de su cuenta en X.


Un hecho que, sumado a las amenazas previas, dice que alimenta las sospechas de que su vida política incomoda a ciertos sectores.
El gobernador del Magdalena, Rafael Martínez, no tardó en reaccionar. A través de su cuenta en X, expresó su respaldo a la diputada y lanzó una grave acusación: «Cualquier cosa que le pase a ella o su familia hacemos responsables a esas fuerzas oscuras que desde la Asamblea pasan por encima de las órdenes judiciales (…), en su propósito de intentar doblegar al gobierno departamental y hacerse al control irregularmente este año de la Contraloría para extorsionar a los alcaldes, gerentes de hospitales y todo el que le sirva en su apetito ilegal de enriquecimiento».
Más allá de la política y las disputas de poder, lo cierto es que Margarita Guerra asegura que estuvo a segundos de la muerte. La pregunta sigue en el aire: ¿quién quiere silenciarla y por qué?


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