
El fracaso de la promesa de paz de Gustavo Petro: el ELN, más fuerte que nunca
El mandatario afirmó que renunciaría si no lograba la paz, pero a pesar del recrudecimiento del conflicto, sigue en el poder sin reconocer el fracaso de su estrategia.
El 14 de marzo de 2021, en plena campaña presidencial, Gustavo Petro hizo una afirmación categórica: si llegaba a la Casa de Nariño, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) firmaría la paz. En una entrevista con la periodista Vicky Dávila, aseguró que en los primeros tres meses de su gobierno lograría que la guerrilla depusiera las armas. Hoy, a casi dos años de su mandato, la realidad es completamente distinta: el ELN no solo sigue en armas, sino que ha fortalecido su presencia en varias regiones del país.
El jefe máximo del ELN, Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, alias ‘Antonio García’, desmintió recientemente cualquier posibilidad de que la guerrilla haya contemplado en algún momento dejar la lucha armada. «No puedo pensar en algo que no pasó por mi imaginación. Lo menos que puedo decir es que Petro desconocía o estaba mal informado», afirmó el líder insurgente, dejando en evidencia que las declaraciones del presidente pudieron haber sido una estrategia de campaña más que un plan concreto con bases reales.
Un balance desolador
Los datos sobre el conflicto muestran una situación alarmante. En la región del Catatumbo, donde el ELN tiene una fuerte presencia, se han registrado al menos 76 muertos, 55.000 desplazados y más de 15.000 personas confinadas debido a los enfrentamientos entre grupos armados. La ofensiva guerrillera no solo se ha mantenido, sino que ha escalado en intensidad, afectando a comunidades enteras que esperaban que la promesa de «paz total» del gobierno trajera alivio.
Incluso desde dentro de la organización guerrillera, la percepción es clara. Luz Amanda Payares, alias ‘Silvana’, integrante del Frente de Guerra Nororiental del ELN, declaró recientemente: «La política de paz de Petro fue un fracaso». La afirmación refleja el escepticismo con el que la guerrilla ha visto las negociaciones y el estancamiento de los diálogos de paz.
¿Y la renuncia prometida?
Más allá de la falta de avances en la negociación con el ELN, hay una promesa que Petro hizo y que, hasta ahora, no ha cumplido: su propia renuncia. En 2021, el entonces candidato afirmó que si no lograba la paz, se apartaría del cargo. «Si no hicimos la paz, que me tumben. Es más: yo mismo renuncio porque no sirvo», dijo en su momento. Sin embargo, a pesar del evidente incumplimiento de sus compromisos, el mandatario sigue en el poder sin reconocer el colapso de su estrategia.
El panorama actual deja en evidencia que la promesa de paz total fue un objetivo demasiado ambicioso o, quizás, una oferta electoral sin sustento real. A medida que avanza su gobierno, la falta de resultados en el proceso con el ELN se convierte en una de las mayores críticas a su administración.
Mientras el conflicto sigue cobrando vidas y desplazando comunidades, el país se enfrenta a una dura realidad: la paz sigue siendo un sueño lejano y la guerrilla, lejos de ser derrotada, parece estar más fuerte que nunca.
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