La EPS había autorizado el procedimiento para una muerte digna, pero el destino decidió antes: Erika Morales falleció por complicaciones de salud antes de que se realizara la eutanasia.

El 1 de marzo de 2025, en la ciudad de Pasto, Nariño, se apagó la vida de Erika Deyanira Morales, una joven de 20 años que, tras sufrir una agresión que la dejó cuadripléjica, había solicitado el derecho a una muerte digna mediante la eutanasia. Aunque su petición ya había sido aprobada, una complicación médica inesperada precipitó su fallecimiento antes de que el procedimiento pudiera llevarse a cabo.

La tragedia de Erika comenzó el 2 de agosto de 2021, cuando, durante una fiesta en una discoteca de Pasto, fue atacada en el baño por dos mujeres que la golpearon en la cabeza con una botella de whisky. Este acto de violencia le causó un infarto cerebral múltiple, dejándola en estado de cuadriplejia y dependiente de su familia para todas sus necesidades básicas. 

Durante más de tres años, Erika y su familia enfrentaron innumerables desafíos. Su madre y su hermana asumieron el rol de cuidadoras principales, adaptando sus vidas a las nuevas necesidades que la situación exigía. A pesar de los esfuerzos médicos y terapéuticos, la calidad de vida de Erika no mejoró, lo que la llevó a solicitar la eutanasia, buscando poner fin a su sufrimiento físico y emocional. 

El 22 de febrero de 2025, la EPS Emssanar aprobó su solicitud, reconociendo el derecho de Erika a una muerte digna. Sin embargo, el destino tenía otros planes. El 1 de marzo, Erika sufrió una complicación médica que le arrebató la vida antes de que el procedimiento pudiera realizarse. Su hermana, Tatiana Morales, compartió la dolorosa noticia a través de un emotivo mensaje en redes sociales: «Vuela muy alto, mi bello ángel, te amo hermanita siempre». 

La partida de Erika deja una profunda herida en su familia y en la comunidad que siguió de cerca su caso. Sus seres queridos claman por justicia, esperando que las autoridades capturen a las responsables del ataque que truncó la vida de una joven llena de sueños y aspiraciones. 

Los restos de Erika serán trasladados a su tierra natal, el municipio de Los Andes Sotomayor, donde familiares y amigos le rendirán un último adiós.