38 barrios de Santa Marta siguen sin agua: Alcaldía envía más de 100 carrotanques ante falta de respuesta de Essmar


Daños en las bombas del acueducto dejaron a miles de familias sin suministro. Mientras Essmar no da fecha de solución, la Alcaldía intenta contener la emergencia con una flota de carrotanques.

Tal como lo había informado el alcalde, Carlos Pinedo, Santa Marta enfrenta una crisis por falta de agua potable que afecta a 38 barrios de la ciudad.

Desde hace varios días, miles de familias no reciben el servicio debido a daños en las bombas del acueducto operado por la Empresa de Servicios Públicos del Distrito —Essmar—, que no ha informado cuándo ni cómo superará la emergencia.

El problema comenzó tras las fuertes lluvias del pasado domingo, que no solo provocaron inundaciones en sectores residenciales, sino que también dejaron fuera de servicio estaciones de bombeo clave para el suministro.

En el cárcamo de la Universidad, las bombas quedaron completamente sumergidas, causando un daño total en el sistema eléctrico y paralizando la operación.

Ante la falta de respuesta inmediata de Essmarempresa intervenida por la Superservicios—, el alcalde Carlos Pinedo Cuello dispuso una flota de carrotanques para abastecer a las comunidades más afectadas. Hasta ahora, se han entregado más de 100 viajes de agua potable en sectores como Don Jaca, Cristo Rey, San Fernando, Taganga, Bastidas, Aeromar, Ciudad Equidad, Villa Aurora, Bellavista, La Paz y Mamatoco, entre otros.

“La prioridad de mi gobierno es la gente y aquí estamos trabajando sin descanso para brindar una solución oportuna a las necesidades que padecen los samarios”, afirmó el alcalde, quien aseguró que los operativos de distribución continuarán mientras Essmar repara los equipos averiados.

La administración distrital también pidió a la ciudadanía hacer un uso racional del agua, ante el riesgo de que la situación se prolongue. La avería ha obligado a familias enteras a depender de carrotanques y a organizarse en filas para recibir el líquido, en medio del malestar por la falta de un servicio que se paga puntualmente.

Mientras los días pasan, la incertidumbre crece. En los barrios afectados, la rutina se ha transformado: almacenar agua en tanques, cargar baldes desde los carrotanques y racionar el consumo se han vuelto parte de la vida diaria. La solución definitiva, por ahora, sigue siendo una incógnita que solo Essmar puede responder.


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